Al estar enjauladas, las gallinas no pueden realizar estos comportamientos
naturales de su especie.
Un comportamiento altamente importante para las gallinas es el percheo, el
cual consiste en posarse en ramas de árboles o superficies elevadas para
huir de depredadores o aves dominantes. Las perchas proveen una sensación
de seguridad y comodidad a las gallinas; es por eso que las prefieren para
dormir y descansar.
Las gallinas pasan gran parte de su tiempo deambulando en busca de
alimento. Este comportamiento permite que su sistema músculo-esquelético
se mantenga fuerte, además de que preveniene la osteoporosis. Estas aves
buscan alimento en el suelo, como granos e insectos provenientes de
sustratos sueltos (arena, aserrín y tierra).
A las gallinas les gusta mantenerse limpias. Ellas usan las alas para
esparcir polvo sobre sus plumas y después sacudírselo. Estos “baños de
polvo” evitan la acumulación de aceite, ciertas irritaciones de la piel y
la propagación de algunas enfermedades.
Las gallinas son animales muy sociables, pero también disfrutan de su
privacidad. Cuando están listas para poner sus huevos, la mayoría de ellas
prefiere anidar en solitario, preparando un espacio oscuro y seguro como
respuesta al instinto de ocultar sus huevos de los depredadores. No poder
hacerlo les causa gran frustración y estrés.
Las gallinas comienzan a comunicarse con sus polluelos incluso antes de
que ellos rompan el cascarón. La mamá gallina cloquea suavemente y ellos
le responden con un “pío”. Cuando los polluelos nacen, las gallinas los
cuidan y los guían para buscar alimento, agua y formar memorias.