Hace apenas unas semanas un tribunal alemán dictaminó que es legal que activistas encubiertos visiten granjas industriales y tomen fotos y videos si hay razones para creer que las autoridades no están haciendo cumplir las leyes de protección animal.
La fiscalía argumentó que tres activistas, que ingresaron a una granja industrial de cerdos para documentar la crueldad, eran culpables de haber entrado ilegalmente. Los activistas fueron liberados tras el fallo de la corte.
Esta sentencia histórica establece que ingresar a una granja industrial y filmar no constituye un traspaso a la propiedad privada, sino que se trata de una necesidad justificable. El tribunal dictaminó que los activistas encubiertos se están asegurando de que los dueños de las granjas se adhieran a las leyes sobre bienestar animal.
Ulf Majstrak, el juez que preside el tribunal penal, señaló que los activistas tenían razón porque existía un peligro para el bienestar de los animales. Y agregó que los activistas habían hecho exactamente lo que se necesitaba con los medios a su disposición.
Alemania es un país líder en el veganismo y los derechos de los animales.
A principios de este año, CNN informó sobre un estudio que concluyó que los alemanes estaban abandonando la carne a favor de los alimentos a base de plantas. De hecho, un estudio de 2016 basado en datos del período 2008-2011 estimó que el 4.3% de los alemanes entre 18 y 79 años se identifican como vegetarianos, y la mayoría de ellos tienen entre 18 y 29 años. Compara eso con el 2% en el Reino Unido y el 3.3% en los Estados Unidos.
Además, Barbara Hendricks, ministra federal del ambiente, prohibió que se sirva carne durante los eventos oficiales del gobierno como una forma de combatir el cambio climático. Y Alemania es uno de los pocos países que ha prohibido la cruel producción de foie gras.
Estas acciones para proteger a los animales de granja y alejarse de la carne, los productos lácteos y los huevos ayudarán a los miles de millones de animales que sufren miserablemente en las granjas industriales.
Las vacas, las gallinas y los cerdos criados y asesinados para convertirse en comida son tan inteligentes y sensibles como los perros y gatos. Pero en las granjas industriales están sometidos a crueldades inimaginables: confinamiento extremo, mutilaciones brutales y una muerte violenta.
Mira.