En los últimos 50 años ha habido una transición en los métodos de producción animal. Las pequeñas granjas familiares han dado paso a los grandes complejos industriales, donde las aves son tratadas como simples máquinas productoras de carne y huevos. La mayoría de los pollos ahora vive en diminutas jaulas de alambre apiñadas en espacios cerrados o en cobertizos excesivamente estrechos.
Un artículo de Al Jazeera describe la espantosa vida que sufren los pollos machos que son criados y asesinados en las granjas industriales de hoy en día.
“Los pollos machos tienen poco valor ya que sólo se requieren unos pocos gallos para la reproducción. Un día después de romper el cascarón se determina el sexo y los machos desafortunadamente son enviados a la maseradora para usarse como alimento para animales.”
En los Estados Unidos, esto equivale a cientos de millones de pollitos asesinados cada año.
El artículo sugiere que con las mejoras tecnológicas se podría limitar el número de nacimientos de pollos machos. Sin embargo, lo mejor que podemos hacer para proteger a los pollos es simplemente dejar de comerlos y abandonar el consumo de huevos.
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