Science, nos encontramos frente a un gran riesgo para la salud pública debido al alarmante incremento en la resistencia a los antibióticos en los animales explotados como alimento, la cual casi se ha triplicado desde el año 2000. Según el estudio, el 73% de todos los antibióticos vendidos en el mundo son suministrados a animales confinados en granjas industriales, y un creciente cúmulo de pruebas ha relacionado esta práctica con el aumento de las infecciones resistentes a los antimicrobianos, no solo en animales, también en humanos:
Según un nuevo reporte publicado en la prestigiosa revista
“La gama de antimicrobianos utilizados en los animales explotados como alimento se está agotando rápidamente, con importantes consecuencias para la salud de los animales, para los medios de sustento de los granjeros y, potencialmente, para la salud humana. Las regiones afectadas por los niveles más altos de RAM (resistencia antimicrobiana) deben tomar medidas inmediatas para preservar la eficacia de los antimicrobianos esenciales en la medicina humana al restringir su uso en la actividad pecuaria. En algunos países de ingresos medios, particularmente en América del Sur, la vigilancia debe ampliarse.”
Este reporte no es el primero en alertar sobre el uso excesivo de antibióticos por parte de la industria pecuaria, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló en 2017 la necesidad de solucionar este problema para prevenir la propagación de la resistencia antimicrobiana y señaló que 80% de los principales antibióticos son utilizados en estos animales. ¿Pero, cuál es el motivo?
Los animales que esta industria explota son hacinados durante toda su vida en espacios diminutos y completamente insalubres, esto, aunado al abuso físico y psicológico que padecen, los hace susceptibles a todo tipo de enfermedades y parásitos. Muchos de ellos pasan la mayoría de su existencia entre sus propios desechos e incluso rodeados de cadáveres de otros animales que no sobrevivieron a esas crueles condiciones. La situación es tan grave que algunos granjeros se ven obligados a lavar la carne de gallina con cloro. Además, en las granjas de peces se ha registrado que las vacunas no funcionan e investigaciones recientes han encontrado carne destinada al consumo humano plagada de materia fecal visible y abscesos llenos de pus.
De controlarse el uso de estos medicamentos, los granjeros no podrán mantener a los animales con vida en estas condiciones, y eso hará imposible abastecer la demanda de carne. Afortunadamente, no la necesitamos para llevar una alimentación saludable, todo lo necesario para gozar de una buena salud lo podemos encontrar en una alimentación a base de plantas, y aún mejor, si el mundo transicionara hacia este tipo de alimentación, se lograría una solución a la hambruna mundial. Según un artículo de la universidad de Lancaster, hoy en día existen suficientes cultivos para que toda la población proyectada para el 2050 pudiera seguir una alimentación a base de plantas:
“En general, la producción industrial de carne y lácteos, la cual actualmente destina 34% de los cultivos aptos para consumo humano en el mundo a la alimentación de los animales que utilizan, no satisface eficientemente las necesidades nutricionales humanas.”
La realidad es que explotar animales como alimento es el método más ineficiente para producir comida y no es buena para nada más que la economía de la industria que lucra de todo este sufrimiento. Únete a los millones de personas que siguen una alimentación ética y sostenible, descarga gratis la Guía vegetariana para principiantes y descubre lo delicioso y accesible que es comer sin crueldad.