Según un estudio publicado en Scientific Reports, un grupo de investigadores descubrió que los peces tienen estados emocionales derivados de la forma en que perciben los estímulos externos. El estudio refuerza hallazgos similares con respecto a la vida emocional de otros animales.
Si bien es difícil evaluar los estados emocionales en animales no humanos, porque sus emociones no se pueden verbalizar, los científicos pueden detectar y analizar los estados emocionales a través de los cambios fisiológicos y de comportamiento asociados con ellos. En este estudio, el equipo de científicos dirigido por Rui Oliveira expuso a los peces a una serie de entornos diferentes y midió su actividad cerebral y los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Los científicos observaron que los peces respondieron de manera diferente al mismo estímulo dependiendo de cómo lo evaluaban.
De acuerdo con Oliveira:
Ésta es la primera vez que se han observado respuestas fisiológicas y neuro-moleculares en el sistema nervioso central de los peces en respuesta a estímulos emocionales y basadas en la importancia que tales estímulos tienen para los peces. El hecho de que haya una evaluación cognoscitiva de un estímulo emocional en los peces significa que esta capacidad cognoscitiva puede tener requisitos “computacionales” más simples de lo que se ha considerado hasta ahora y puede haber evolucionado hace alrededor de 375 millones de años.
Éste no es el primer estudio que concluye que los peces son seres sensibles y tienen una vida emocional. Un artículo reciente en The New York Times revela que los peces que permanecen en el fondo del tanque pueden estar sufriendo de depresión.
El año pasado, un estudio publicado en Royal Society Open Science reveló que los salmones confinados en criaderos sufren de depresión severa. Según el estudio, muchos salmones en las granjas industriales parecen haberse dado por vencidos y flotan sin vida en los tanques.
Al igual que los animales terrestres, los peces son seres inteligentes y sensibles. Un artículo de Vox detalla una variedad de habilidades de los peces, incluyendo su capacidad para “aprender unos de otros, reconocer otros peces con los que han interactuado anteriormente, conocer su lugar dentro de las jerarquías sociales de peces y recordar mapas espaciales complejos de su entorno”. De manera similar, un estudio publicado en Nature Scientific Reports concluyó que los peces se cuidan mutuamente cuando buscan comida.
Los científicos han encontrado una y otra vez que los peces experimentan dolor. Incluso comparan a los peces con los perros, los gatos y otros animales en la forma en que sienten placer.
Lamentablemente, la industria pesquera los trata como meros objetos. En 2011, Mercy For Animals llevó a cabo una investigación encubierta en una instalación de sacrificio de peces que reveló cómo los desollaban vivos. Mientras los peces luchaban para escapar del cuchillo y sobrevivir, su piel era arrancada con alicates.
Mira.
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