Las investigaciones encubiertas realizadas por diversas organizaciones de protección de animales sirven para visibilizar la crueldad inherente a la producción de carne, huevos y lácteos. Lamentablemente, no se implementa la supervisión e inspección de las leyes existentes para regular estos procesos, por lo que los animales explotados como alimento son víctimas de todo tipo de crueles abusos y asesinados de formas extremadamente violentas.
La situación es aún más angustiante ya que no existe un método que garantice que los animales sean correctamente aturdidos antes de matarlos, incluso en los países donde existen regulaciones que exigen algún tipo de aturdimiento, la mayoría de los animales son asesinados mientras están conscientes, ya sea por error humano, por falta de una infraestructura adecuada o por crueldad de los trabajadores, y aquellos que sí son aturdidos, de todos modos sufren debido a los métodos utilizados, como electrocuciones brutales o disparos en la cabeza que les rompen el cráneo.
Es evidente que Miguelito sufrió durante cada segundo de su dolorosa muerte, y no es de sorprenderse si se toma en consideración que en el matadero donde fue asesinado no se cumple lo establecido en la norma para el aturdimiento de los cerdos, ya que una pistola de pernos no es un instrumento autorizado para llevar a cabo esta acción. Tan solo en México, más de 16 millones de individuos sintientes como Miguelito son víctimas de esta cruel realidad, cada año.
Es por esto que es vital que las autoridades garanticen el cumplimiento de nuestro marco legal y sancionen a quienes violen las leyes y regulaciones vigentes. Los establecimientos clandestinos y aquellos que no cumplan con los requisitos legales deben ser clausurados. Únete a Mercy For Animals para exigirle al gobierno mexicano que tome medidas inmediatas en el asunto. Entra a Mataderos.MercyForAnimals.Mx y alza la voz para proteger a otros animales como Miguelito de esta terrible crueldad.