Este es el mismo destino que sufren los millones de animales en este trayecto cada año. Son obligados a mantenerse de pie exhaustos, entre su propio excremento, y por largos periodos sin acceso a agua ni comida, que exceden lo estipulado legalmente. El alto nivel de estrés que padecen en estas condiciones los hace más propensos a enfermedades que podrían propagar a otros animales al llegar a su destino, e incluso infectar a humanos.
Los animales asesinados por la industria de la carne son en su mayoría, bebés, muchos de ellos no han desarrollado aún la capacidad de autorregular su temperatura, lo cual los hace aún más susceptibles al clima extremo al que son expuestos en estos vehículos. Si alguna vez te has preocupado al ver que alguien deja a su perro en su coche en un día caluroso, imagínate el sufrimiento de los cerdos que, además de estar a la intemperie, se sofocan al tener tan poco espacio. No es sorpresa que muchos de ellos no sobrevivan al trayecto.
Al llegar al matadero, su suerte no mejorará, pues les espera una muerte violenta y llena de dolor. El transporte de los animales es una muestra más de que la industria de la carne jamás podrá ser humanitaria y jamás podrá haber una manera correcta de explotar a alguien. Mientras sigan existiendo granjas industriales, estos animales seguirán siendo sujetos a todo tipo de abusos e incluso circunstancias poco conocidas como condiciones deplorables de transporte, accidentes de tráfico, desastres naturales e incendios.
La manera más efectiva de pronunciarse en contra de esta crueldad es dejar de apoyar a esta industria. Adoptar una alimentación vegana es sano, bueno para el ambiente y puede satisfacer cualquier apetito. Descarga gratis la Guía vegetariana para principiantes en la que encontrarás toda la información que necesitas para comenzar.