Los seres humanos y los animales perciben el dolor a través de las células nerviosas. Este es el mismo tipo de células que transmiten información desde nuestros sentidos, lo que nos permite oler, ver, oír, saborear y tocar. Estas células son parte de lo que conocemos como sistema nervioso periférico, que incluye todos los nervios del cuerpo, excepto los de la médula espinal y el cerebro.
Las células nerviosas periféricas forman una red que transmite mensajes desde la piel, los músculos y los órganos hacia la médula espinal y el cerebro. El cerebro responde enviando mensajes de regreso al sitio del dolor para estimular el proceso de curación.
Y esto, ¿qué tiene que ver con las plantas? Bueno, los biólogos saben que los sistemas neuronales como el nuestro y el de otros animales (sí, incluidos los peces) son una forma de procesar información, pero no la única. Aunque las plantas no tienen sistema nervioso, sí pueden responder a los estímulos. Por ejemplo, cuando un insecto ataca una hoja, esta envía una señal eléctrica que se transmite de hoja en hoja para avisarle a la planta que se proteja. Pero es importante tener en cuenta que la respuesta al daño no significa que la planta sienta dolor.
A diferencia de los humanos y otros animales, las plantas no poseen nociceptores, los tipos específicos de receptores que están programados para responder al dolor. Y, por supuesto, tampoco tienen cerebro, por lo que carecen de la estructura necesaria para convertir esos estímulos en una experiencia real. Esta es la razón por la cual las plantas son incapaces de sentir dolor.
Pero, ¿sabes quienes sí sienten dolor? Las vacas, los cerdos, las gallinas, los pavos, los peces, las langostas y el resto de los animales explotados como alimento. Así es, los humanos y muchos otros animales, especialmente los mamíferos y otros vertebrados, desarrollamos características similares del sistema nervioso central antes de tomar diferentes caminos evolutivos. Esto significa que no solo es cierto que los animales sienten dolor, sino que probablemente todos los animales que son explotados por su carne, leche o huevos lo sienten de formas similares a la nuestra.
Lo más triste es que los animales explotados como alimento sufren una vida miserable en las granjas industriales. Las gallinas en la industria del huevo son hacinadas por miles en pequeñas jaulas de alambre y cada una ocupa un espacio no mayor a una hoja de papel en el que pasan toda su vida. Las cerdas mamás son mantenidas en jaulas de gestación que solo son ligeramente más grandes que ellas , y los terneros son separados de sus madres a las pocas horas de nacer y encadenados dentro de jaulas inhóspitas en las que no pueden moverse.
Estos animales nunca ven el sol, sienten el pasto o respiran aire fresco, están presos en cobertizos sucios y sin ventanas hasta el día en que son puestos en camiones con destino al matadero en el que enfrentarán una violenta y sangrienta muerte.
Mira esta investigación sobre las crueldad en las granjas industriales.
Si realmente estás preocupado por no dañar a otros a causa de tu alimentación y también quieres proteger tu salud y al planeta, entonces deja de consumir productos derivados de la explotación animal. Si decides ignorar a la ciencia y creer que las plantas realmente sienten dolor, piensa en esto: se necesitan más de 7 kilos de granos para producir medio kilo de carne,eso es un montón de plantas para solo unas cuantas hamburguesas.
Entonces, ¿qué esperas? Adopta una alimentación compasiva. Haz clic aquí para empezar y síguenos en Pinterest para encontrar cientos de deliciosas recetas.