De acuerdo con una investigación realizada por Vanguardia, en la región La Laguna, en el municipio de Lerdo en Durango, hay más de 400 mil vacas explotadas por su leche, además de 300 mil vacas y cabras explotados por su carne, quienes producen un millón de toneladas de heces cada año. Esto ha provocado un grave problema de contaminación de agua, y a pesar de las exorbitantes cantidades de desechos, en México no existe ninguna ley que regule el manejo de estiércol.
Los habitantes del poblado aseguran que el agua de las tuberías tiene una textura aceitosa, por lo que en las escuelas, los maestros recomiendan a los alumnos no consumirla. Las autoridades locales no han tomado cartas en el asunto y aunque la Norma Oficial Mexicana 127-SSA-199 permite únicamente diez miligramos por litro de nitrógeno de nitrato, la investigadora Esperanza Calleros Rincón ha analizado muestras de los pozos de agua para consumo humano y ha encontrado niveles de hasta 45 miligramos por litro de nitrógeno de nitrato y de hasta 124 miligramos en pozos agrícolas.
El uso excesivo de fertilizantes puede ocasionar la contaminación de los mantos acuíferos y tener un efecto negativo en la salud de las personas. Calleros Rincón también determinó que esta contaminación en el agua puede ocasionar la disminución de captación de oxígeno y producir coloración azul de la piel, dificultad para respirar y dolores de cabeza intensos.
El planeta ya no puede soportar los estragos ocasionados por las industrias de la carne y los lácteos. Millones de toneladas de desechos están causando problemas irreversibles en nuestros mares y la deforestación para construir granjas industriales también está despojando de su hogar a los animales silvestres. Es momento de darle un respiro al planeta, ¿no crees?