1. Las gallinas explotadas por sus huevos viven en un confinamiento extremo. En las jaulas en batería amontonan a hasta ocho gallinas por jaula, y cada una ocupa un espacio similar al de una hoja de papel tamaño carta. Muchas de estas aves quedan atrapadas en los alambres de las jaulas o debajo de las bandejas de alimentación.
2. Poco después de nacer, a las gallinas les cortan la punta del pico sin darles nada para mitigar su dolor. Muchas pollitas mueren de inanición porque ese dolor es tan grande que ni siquiera pueden comer.
3. El confinamiento en las jaulas en batería les provoca cojera, fragilidad ósea y debilidad muscular a las gallinas. Cuando son asesinadas, después de haber padecido una corta vida llena de sufrimiento, alrededor del 30% de ellas tiene los huesos rotos.
4. En condiciones naturales, las gallinas pueden vivir hasta 12 años, pero aquellas explotadas por la industria del huevo son asesinadas alrededor de su segundo año de vida, cuando su producción de huevos disminuye.
5. Los pollitos machos no representan ganancias para la industria del huevo, pues no ponen huevos y no son considerados “rentables” para la producción de carne, así que los arrojan dentro de máquinas que los trituran vivos y alimentan a otros animales con sus restos.
Si estas prácticas te parecen horribles, entonces no seas partícipe de la explotación de las gallinas. Juntos podemos poner fin a esta cruel industria al dejar de consumir huevos y adoptar una alimentación compasiva. Descarga la Guía vegetariana para principiantes, ¡es gratis!