Reducimos la demanda de productos de origen animal

Aunque los horrores de la industria pecuaria son reales, aún hay esperanza. La alimentación a base de plantas se está haciendo cada vez más popular. Las principales empresas alimentarias están invirtiendo en productos vegetales, lo que ha dado lugar a una gama más amplia de ofertas, incluidas las carnes vegetales y las versiones sin lácteos de la leche, el queso, el helado, el yogur y mucho más. Numerosas marcas de renombre están lanzando líneas de productos vegetales y las anuncian como productos 100% a base de plantas. En todo el mundo, los restaurantes y las cadenas de comida rápida están añadiendo a su menú platillos más sustanciales, elaborados a partir de productos vegetales. Cafeterías como Starbucks ofrecen y promocionan bebidas elaboradas y formuladas con leche vegetal.

El consumo de leche de vaca lleva décadas disminuyendo en Estados Unidos, mientras que las leches vegetales han acaparado 13% de la cuota de mercado. Las carnes de origen vegetal no sólo se ofrecen en los menús de diversos restaurantes de todo el mundo, sino que constantemente captan tanto la atención de un gran público que lleva una alimentación a base de plantas como de quienes aún consumen productos de origen animal. La carne cultivada —producida a partir de células animales en lugar de ser obtenidas de animales vivos— está ganando cada vez más financiación y apoyo, y en Singapur los comensales pueden pedirla en restaurantes y aplicaciones de envío de comida a domicilio.

Estos avances en el ámbito económico de los productos vegetales son demasiado importantes como para ignorarlos. El cambio hacia un sistema alimentario más amable y sostenible está en marcha, y las industrias se tendrán que adaptar o podrían perecer ante estos cambios.

Nos esforzamos por normalizar la alimentación a base de plantas y de esta manera reducir la demanda de productos de origen animal. Para ello, contamos con tres enfoques principales.

En primer lugar, nos asociamos con aquellos gobiernos que, con el dinero de las personas contribuyentes, adquieren alimentos en grandes cantidades destinados a espacios, como parques, hospitales, prisiones, escuelas y edificios gubernamentales. Las políticas de compra pueden requerir o animar a estos recintos a aumentar su oferta de alimentos de origen vegetal y a reducir la cantidad de carne, lácteos y huevos que sirven.

En segundo lugar, impulsamos a las principales cadenas de restaurantes, como Subway y Johnny Rockets, para que incluyan en su menú platillos a base de plantas. Colaboramos con cafeterías como Starbucks para que ofrezcan bebidas elaboradas y formuladas con leche vegetal. Algunas empresas a las que apoyamos han sustituido por completo los ingredientes de origen animal, mientras que otras se comprometieron a reducir su uso.

El tercer ámbito de este enfoque, relativamente nuevo para nuestro equipo, se basa en la teoría de los grupos sociales. Los grupos sociales son conjuntos de individuos dentro de una red más amplia: personas estrechamente vinculadas por intereses y actividades en común o por relaciones como la amistad o los lazos familiares. Estas personas suelen compartir comportamientos, valores y normas. Nos centramos en ciertos grupos sociales para determinar si las relaciones entre sus miembros son más importantes que el alcance de nuestro mensaje. Creemos que las personas que conforman los grupos a los que nos dirigimos tienen más probabilidades que otras de cambiar sus elecciones alimentarias. Esperamos que sus vínculos cercanos refuercen estos cambios y ayuden a crear una fuerza crítica de personas consumidoras de productos de origen vegetal en cada grupo. A través de las relaciones entre los miembros de estos grupos y aquellos que pertenecen a otros grupos sociales, los cambios se legitimarán y se propagarán.