Un reciente estudio de la Universidad de Lincoln en Inglaterra, reseñado en el Washington Post, concluyó que los cerdos pueden ver el vaso “medio lleno” o “medio vacío”.
De acuerdo con los investigadores, las personalidades de los cerdos se combinan con su estado de ánimo y esto los hace optimistas o pesimistas. Este fenómeno ya se había observado en los seres humanos, pero éste es el primer estudio que lo explora en los animales.
Lisa Collins, coautora del estudio, describe cómo el tipo de personalidad de un cerdo afecta realmente su perspectiva, como sucede con las personas:
Con la crianza comercial de animales en gran número, la tendencia es verlos como un miembro más de un grupo, no como clones, sino como que todos son similares y responderán de manera muy parecida. Y lo que esta investigación nos demuestra es que éste no es el caso en lo absoluto.
Éste no es el primer estudio que evidencia que los cerdos son criaturas complejas. Las investigaciones muestran que los cerdos tienen un coeficiente intelectual mayor que el de los perros, los chimpancés e, incluso, los humanos de tres años de edad. De hecho, se les considera el quinto animal más inteligente del mundo.
Un estudio reciente del mismo grupo de la Universidad de Lincoln encontró que los cerdos gruñen para comunicarse. Los sonidos que producen transmiten una amplia gama de información, como estados emocionales, motivacionales y fisiológicos.
Además de ser inteligentes, los cerdos tienen una excelente memoria para localizar objetos. Si encuentran comida en un lugar, recordarán buscar allí la próxima vez. También poseen un sofisticado sentido de la orientación y son capaces de encontrar su hogar desde largas distancias.
Reconocer que los cerdos son inteligentes es importante. Sin embargo, la inteligencia no debe ser un punto de referencia para saber cómo debemos tratar a los animales. Todos los animales, incluyendo los cerdos, las gallinas, las vacas, los peces y otros animales explotados como alimento, son seres sensibles que experimentan un espectro de emociones.
Deja de consumir productos derivados de la explotación de los animales.
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