Según el sitio web de la organización, desde el lanzamiento de esta campaña, el consumo de este platillo ha disminuido más de 80%.
Desde hace años, Yao Ming, el reconocido jugador profesional de la NBA se unió a la organización sin fines de lucro WildAid, con el objetivo de sensibilizar a las personas sobre el consumo de sopa de aleta de tiburón, un platillo tradicional en la gastronomía china que es particularmente conocido por la crueldad que involucra su preparación.
Para preparar esta sopa, los tiburones son capturados y luego de cortarles las aletas, son regresados al mar donde padecen una muerte lenta y dolorosa. Esto hace que la sopa de aleta de tiburón, junto con el foie gras, sea uno de los platillos más crueles que existen. Es una práctica tan inhumana, que cuando la celebridad Ruby Rose se enteró cómo se prepara la sopa, su vida cambió para siempre:
“Solía comer algo llamado “sopa de aleta de tiburón” y no sabía. Le pregunté a mi mamá: “Espera, ¿esto está hecho con la aleta de un tiburón real?” Y me contestó: “Oh no, cariño, por supuesto que no”. Después descubrí que sí lo estaba y me puse tan triste que lloré por tres semanas. Me pareció aún peor que solo les corten las aletas a los tiburones y que estén ahí sin poder moverse. Eso realmente me asustó, solía tener pesadillas de que estaban en el océano sin aletas y no pude comer ningún pez nunca más”.
Si bien la disminución del consumo de este platillo implica buenas noticias para los tiburones, tienes que saber que al comer la carne de cualquier criatura marina, miles de tiburones, tortugas, focas y ballenas mueren también. La pesca incidental ocasionada por las redes de deriva amenaza a todos los habitantes del océano. Se estima que por cada pez capturado con redes de deriva, otros siete animales entre los anteriormente mencionados mueren por accidente. La situación es tan seria que un censo de la fauna marina, realizado en 2010, estimó que más del 90% de los peces de gran tamaño ha desaparecido de los océanos debido a la sobrepesca, y un estudio reciente advirtió a la población que, de seguir a este paso, la vida en el mar podría desaparecer en tan solo en 50 años.
Generalmente, solemos mostrar más empatía ante los animales que no nos comemos, sin embargo, los peces consumidos por los humanos padecen un sufrimiento inimaginable en este proceso. Quizá por su tamaño se piense que no sienten o que no se dan cuenta de que están vivos, pero estudios han demostrado que los peces experimentan estados emocionales y pueden tener conciencia de su propia existencia. En realidad, ningún animal quiere morir y hasta el más pequeño de ellos luchará hasta su último aliento con tal de escapar de aquello que ponga fin a su vida.
Si no necesitamos carne ni nada que provenga de los animales para vivir sanamente, entonces ¿por qué causarles sufrimiento? Como lo dice Yao Ming en uno de sus videos sobre la sopa de aleta de tiburón: “Cuando la demanda se detiene, la matanza también”. Protege a la vida marina y al resto de los animales al adoptar una alimentación compasiva. Descarga la Guía vegetariana para principiantes y prueba estas ricas recetas sin crueldad inspiradas en el mar.