La
gente AMA a sus perros y gatos. De hecho, los estadounidenses aman tanto a sus
perros y gatos que gastan casi ¡$60 mil millones de dólares al año en ellos! Y
deberían: los animales de compañía son sensibles y tiernos y llenan nuestra
vida de alegría. Son realmente miembros de la familia y debemos cuidar de ellos
como corresponde.
Entonces,
¿qué tiene que ver esto con comer carne?
Bueno,
para empezar, los animales que criamos y asesinamos para convertirlos en
alimento son tan sensibles e inteligentes como los perros y gatos que adoramos
en casa. Considera, por ejemplo, que las gallinas pueden reconocer a más de 100
individuos, las vacas crean vínculos afectivos y los cerdos han demostrado tantas
habilidades cognoscitivas como las de un niño de tres años de edad.
En
muchas formas, los animales de granja son similares a los perros y los gatos.
Sin embargo, los sometemos a una crueldad inimaginable: confinamiento extremo,
mutilaciones brutales y asesinatos sangrientos. La verdad es que si tratáramos
a un sólo perro o gato de la misma manera en la que las industrias de la carne,
los lácteos y los huevos tratan a miles de millones de animales, estaríamos
detrás de las rejas por abuso animal.
Entonces, ¿cómo podemos decir que amamos
a los animales y los comemos? Honestamente, diríamos que no se puede.
Para
sobrevivir, nadie necesita comer productos derivados de la explotación de los animales.
Es todo lo contrario. De hecho, hay tremendos beneficios para la salud y el ambiente si eliminamos los productos de
origen animal. En este momento millones de personas están disfrutando de una alimentación
deliciosa y compasiva a base de plantas.
Así
que, si tú amas a tu perro o gato y lo ves como el ser único, sensible e
inteligente que es, es hora de que abras los ojos y comiences a ver de la misma
manera a las vacas, las gallinas, los cerdos, los peces y demás animales
explotados como alimento.
Amas
a los animales, ¿decías? Entonces, deja de comerlos. Empieza hoy.