Una reciente investigación hecha por The Guardian reveló el porcentaje actual de la carne producida a través de “métodos humanitarios” para ser consumida en el Reino Unido. Las cifras indican que solo del 1 al 2% de la carne en los supermercados en esta región es considerada “de libre pastoreo”. El reporte detalla que algunos países regulan el trato que se les da a los animales explotados como alimento, mientras que algunas naciones importan carne más barata proveniente de lugares en donde las leyes de bienestar animal son escasas o inexistentes.
En las granjas industriales, los animales son tratados como objetos, hacinados, mutilados y sin acceso a atención veterinaria. Los animales habitan entre sus propios desechos y los cadáveres de aquellos que no sobrevivieron a esas deplorables condiciones. Además, es legal que sean asesinados de formas espantosas, son colgados de los pies y degollados o sofocados lentamente en una cámara de CO2, y la mayoría de ellos están conscientes cuando esto ocurre.
En el Reino Unido está prohibido el uso de jaulas de gestación, pero a menudo importan carne de países en los que sí son permitidas, por lo que también contribuyen a que las cerdas mamás pasen la mayor parte de su vida adulta en espacios apenas más grandes que su propio cuerpo, sin poder ni siquiera recostarse cómodamente o darse la vuelta.
¿Consumir carne “de libre pastoreo” es una medida ética? No, en realidad no existe la carne humanitaria. Para empezar, ninguna agencia gubernamental regula el uso de la palabra “humanitario” en los productos derivados de la explotación animal. La industria de la carne puede decidir qué designar como humanitario y qué no. La carne con certificación humanitaria también proviene de animales confinados en granjas, quienes son forzosamente separados de su familia, mutilados sin recibir nada para mitigar su dolor y asesinados con violencia.
Mira esta investigación encubierta realizada por Mercy For Animals en 2015 en una instalación de Foster Farms, certificada como humanitaria por la Asociación Humanitaria Estadounidense.
Si bien cualquier mejora en la vida de los animales usados en la industria de alimentación puede contribuir a reducir su sufrimiento, debemos tener presente que ningún animal quiere morir para satisfacer nuestro apetito.
Los cerdos, las vacas, las gallinas y otros animales explotados como alimento son sensibles e inteligentes y, como nosotros, aprecian su vida. Juntos podemos ponerle fin a su sufrimiento al adoptar una alimentación compasiva. Descarga la Guía vegetariana para principiantes que te ayudará a comenzar, ¡es gratis!