Aristegui Noticias, continúa la pugna entre empresarios y habitantes de distintos poblados de Yucatán por la construcción de una mega granja en ese estado. Se ha denunciado la contaminación y mal olor en campos y concentraciones de agua a causa de las aguas residuales desechadas por la granja industrial de cerdos de la empresa Kekén. Esta enorme instalación tiene una extensión de cerca de tres mil hectáreas y se calcula que la cantidad de cerdos que se encuentran confinados ahí triplican en número a la población de Kinchil de 7,500 habitantes.
De acuerdo con información de
El agua contaminada se ha expandido hasta formar dos grandes extensiones de aguas negras que afectan a los mantos freáticos, a las milpas, cenotes y otras maravillas naturales propias de Yucatán, lo que también se traduce en un riesgo para la economía y salubridad de la población. Los cuerpos de agua donde antes vivían peces, anfibios y cocodrilos, y donde saciaban su sed venados, jaguares y otros pequeños mamíferos ahora son espacios de agua pestilente.
Lamentablemente, esta no es la primera vez que una comunidad resulta afectada por las granjas industriales o los mataderos. En 2017, se clausuró temporalmente una planta de producción de leche tras descargar casi 23,000 toneladas de sustancias contaminantes en el Río Temascatío, en Guanajuato.
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