De acuerdo con National Geographic, 70% del planeta está cubierto de agua, pero solo el 2.5% es agua dulce. Eso significa que solo un pequeño porcentaje del agua del mundo es potable. Y, mientras 3 de cada 10 personas en todo el mundo (es decir, 2,100 millones) carecen de acceso a este vital líquido, la explotación industrial de animales utiliza del 20% al 33% del agua dulce en el mundo. ¿Te parece correcto?
El consumo de carne y lácteos está acabando con nuestras reservas naturales y contaminando nuestras vías fluviales. En 2014, se dio a conocer que Tyson, el mayor productor de carne de Estados Unidos, recibió una multa de dos millones de dólares por un derrame de líquidos tóxicos que mató a 108,000 peces. El año pasado, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente de México (PROFEPA) clausuró temporalmente una planta de la empresa mexicana de lácteos, LALA, después de que descargaran casi 23,000 toneladas de sustancias contaminantes en el río Temascatío.
¿Qué se puede hacer al respecto?
La mejor forma de ayudar a preservar el agua es adoptar una alimentación compasiva, los hechos lo demuestran. Recientemente, un estudio realizado por el Centro Común de Investigación (European Commission Joint Research Centre) concluyó que una alimentación a base de plantas utiliza cinco veces menos agua que una en la que se consume carne. Si aún te queda alguna duda, reflexiona sobre esto: para producir un kilogramo de vegetales se necesitan 322 litros de agua, mientras que para obtener un kilogramo de carne se usan más de 15,000 litros del líquido vital, el equivalente a dos meses de duchas.
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