Cualquier persona razonable puede ver la crueldad de las jaulas donde los terneros son confinados. Para convertirse en “ternera”, los terneros son arrebatados violentamente de su madre, que llora y los busca con desesperación incluso por días. Luego, son encerrados solos, sin nada en qué dormir más que un piso de madera. Los terneros son privados de los nutrientes esenciales y el ejercicio para mantener su carne “tierna”. Y permanecen confinados y solos hasta en que son asesinados.
Tristemente, el Consejo Nacional de Cuidado de Animales de Granja de Canadá (NFACC, por sus siglas en inglés), financiado por los contribuyentes, sigue apoyando el confinamiento solitario de los terneros en jaulas tan pequeñas que los animales apenas pueden moverse. A pesar de la evidencia científica que afirma que los terneros necesitan ejercicio e interacción social para crecer saludablemente, el NFACC no requiere que se proporcione suficiente espacio para que estos animales bebés puedan caminar ni mucho menos correr o jugar con otros terneros.
Por fortuna, los canadienses han demostrado una y otra vez que pueden cambiar. Una investigación encubierta realizada por Mercy For Animals en 2014 en Délimax, una granja de terneros en Quebec, reveló abusos comunes en la producción de “ternera”: terneros confinados en jaulas de madera llenas de heces y apenas más grandes que su cuerpo; terneros encadenados por el cuello, incapaces de darse la vuelta o acostarse con comodidad; y animales heridos, abandonados a sufrir y a morir lentamente en su propio excremento. La protesta del público ante estos hallazgos fue sustancial y la industria respondió.
Como resultado de la espeluznante investigación, la asociación que agrupa a los propietarios de granjas de vacas en Quebec se comprometió a prohibir las jaulas para terneros e implementar en su lugar un sistema de alojamiento en grupo en las instalaciones de sus miembros para el 2018. Y la asociación de propietarios de granjas de terneros en Ontario recomendó la eliminación gradual de las jaulas para el mismo año. Además, los supermercados Loblaws, Sobeys y Metro acordaron prohibir las jaulas para terneros en su cadena de suministro, y Harvey Buksbaum, presidente de Montpak International, el mayor empacador de “ternera” de Norteamérica, se comprometió a prohibirlas en su compañía en 2018.
A los canadienses les importa prevenir la crueldad extrema contra los animales y las organizaciones financiadas por los contribuyentes también deberían hacerlo. Por lo tanto, MFA hace un llamado al NFACC para que cumpla su palabra de poner fin al uso de las crueles jaulas para terneros y requiera un sistema de alojamiento grupal para estos sociables animales bebés.
Si bien en la producción de carne de ternera se da uno de los peores abusos en el sector de la explotación industrial de animales, el sufrimiento también está muy extendido en las industrias de la carne, la leche y los huevos. Las investigaciones encubiertas de MFA en granjas proveedoras de leche, carne de cerdo y huevos, y en criaderos y mataderos han expuesto el sufrimiento y la crueldad que padecen los animales.
Ningún bebé merece padecer una vida corta y espantosa para convertirse en la cena de alguien. Los consumidores compasivos pueden eliminar su apoyo al abuso de los animales en las granjas dejando de consumir productos de origen animal y adoptando una alimentación a base de plantas.
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