Ser amable es bueno para tu salud… Y la de los animales

Como la mayoría de los veganos y vegetarianos, adopté una alimentación más compasiva por más de una razón. Los beneficios para la salud de una alimentación a base de plantas, el impacto ambiental de la explotación industrial de animales y el sufrimiento innecesario infligido a los animales de granja me motivaron a no comer carne.

Pero más que nada, dejé de comer animales por dos razones: finalmente entendí que los derechos humanos y los derechos de los animales estaban vinculados, y me di cuenta de que el cuidado de los animales siempre había sido bueno para mi salud.

¿Qué no sabía en ese momento? Existen beneficios para la salud por practicar la amabilidad. Una gran cantidad de investigaciones científicas muestra que los humanos somos recompensados a nivel genético ​​por ser amables. Y esto no debería sorprendernos. El hecho es que nuestra especie probablemente no habría sobrevivido hasta ahora si nuestros instintos no nos hubiesen motivado a trabajar por el bien común. Pero practicar la amabilidad es más que una estrategia evolutiva exitosa: es una medicina. Las personas amables viven más tiempo y son más sanas y felices.

En un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California, Berkeley, casi el 50% de los participantes dijeron que ayudar a otros los hacía sentir más tranquilos, fuertes y llenos de energía. Y debido a que la bondad estimula la producción de oxitocina, la “hormona del amor”, y la serotonina, la sustancia química de “sentirse bien”, esas personas también reportaron una mayor autoestima.

Practicar la bondad también disminuye el estrés, la ansiedad y la depresión. Según la fundación Random Acts of Kindness, las personas que son amables en general tienen un 23% menos de cortisol, la hormona del estrés, que es parte de la razón por la que viven más que el promedio. Y para las personas ansiosas, practicar la amabilidad es una adición efectiva a cualquier plan de tratamiento. En un estudio de la Universidad de Columbia Británica, un grupo de personas muy ansiosas llevó a cabo seis actos de bondad cada semana durante un mes. Al final del estudio, todos los participantes reportaron un aumento significativo en los estados de ánimo positivos y en la satisfacción en sus relaciones interpersonales. Y los participantes con ansiedad social reportaron una disminución en sus conductas de evitación de situaciones sociales.

A principios de este año, una investigación realizada por la fundación Born This Way encontró un vínculo directo entre la amabilidad y la salud mental en adolescentes y adultos jóvenes. Después de encuestar a 3,000 personas entre 15 y 24 años, los investigadores descubrieron que quienes describían como amables su entorno académico, su hogar y su ambiente laboral tenían más probabilidad de ser mentalmente sanos.

Pero ser amable es maravilloso por algo más que sólo nuestra salud mental y felicidad. Los estudios demuestran que practicar la bondad alivia el dolor y disminuye la presión arterial. Las personas que son voluntarias suelen experimentar menos molestias y dolores, y ayudar a otras personas protege la salud general el doble de lo que la aspirina protege contra la enfermedad cardíaca. Por estos y otros motivos, es menos probable que las personas amables experimenten una muerte prematura. La Dra. Christine Carter, autora de Elevando la felicidad: 10 pasos sencillos para tener niños más alegres y padres más felices, explica:

Las personas de 55 años o más que se ofrecen como voluntarias para dos o más organizaciones tienen una probabilidad 44% menor de tener una muerte [temprana], y eso es después de analizar cualquier otro factor que contribuya, incluyendo salud física, ejercicio, género, hábitos como fumar, estado civil y mucho más. Éste es un efecto más fuerte que hacer ejercicio cuatro veces a la semana.

Esta información refuerza lo que yo sabía que era cierto el día que dejé de comer carne: ser amable con los animales de granja no sólo es bueno para los animales, también es bueno para mí.

Como especie, estamos genéticamente programados para sentirnos bien cuando tomamos decisiones compasivas, pero nuestra alimentación a menudo contradice esto. Más de 56 mil millones de gallinas, peces, vacas, cerdos y otros animales explotados como alimento son asesinados por los humanos cada año. Esta explotación es responsable del 91% de la destrucción de la selva amazónica y muchos científicos creen que la demanda de carne está impulsando la sexta extinción masiva en el planeta. El 82% de los niños que mueren de hambre en el mundo viven en naciones donde se alimenta a los animales de granja, que luego son asesinados y consumidos por personas en países desarrollados.

Claramente, la explotación industrial de animales no ha sido amable con la humanidad, los animales ni el planeta que todos compartimos.

Entonces, la próxima vez que te sientes a comer, por favor, practica la amabilidad y deja a los animales fuera de tu plato. No sólo serás una persona menos perjudicando a los animales, a las personas y al ambiente. También estarás protegiendo tu salud y experimentarás la felicidad en una multitud de nuevas formas.

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