¿Te importa la gente que padece hambre? ¡Come más plantas!

Si todos los habitantes de los Estados Unidos decidieran llevar una dieta vegana, ¿habría suficiente comida para alimentar a las 10 mil millones de personas que, según la ONU, poblarán el planeta en 2100? De acuerdo con un artículo de la revista Marketplace, la respuesta es “sí”. He aquí por qué:

El artículo se centra en el mercado del maíz, pero no el tipo de maíz que encuentras enlatado o congelado en un supermercado local, sino el maíz que se utiliza como alimento para animales. En los Estados Unidos, el maíz es el cultivo más importante, pero sólo el 8.5% se usa en nuestros alimentos y bebidas. La mayoría del maíz cultivado en los Estados Unidos se usa para llenar los estómagos de los animales criados para el consumo humano.

StopHungerNow.com afirma que “una de cada nueve personas en nuestro planeta se acuesta con hambre cada noche.” Y Bruce Babcock, profesor de economía en la Universidad Estatal de Iowa, dice que si más gente hiciera la transición a una dieta vegana, “habría tanta tierra para cultivar naranjas chinas y  nueces que estaríamos inundados de ellas en un abrir y cerrar de ojos.”

En pocas palabras, hay 842 millones de personas que no tienen suficiente para comer y una dieta compasiva no sólo ayudaría a los miles de millones de animales que mueren cada año para convertirse en alimento para los humanos. Esta dieta también es una solución que tiene el potencial de alimentar a millones de personas. En lugar de ser usados para producir maíz para alimentar a los animales criados en granjas industriales, los 90 millones de hectáreas de tierra utilizados actualmente con este propósito podrían dedicarse al cultivo de hortalizas.

“El truco sería convencer al país, y otros países que importan alimentos para animales desde los EE.UU., de hacerse veganos. Tendríamos tanta tierra disponible para los 10 mil millones [de personas], que no sabríamos qué hacer con ella”, indica Babcock.

Los consumidores podemos ayudar a combatir el hambre en el mundo y, al mismo tiempo, retirar nuestro apoyo a las industrias que tratan a los animales como máquinas. ¿Cómo? Cambiando a una dieta sin carne ni otros productos que vengan de animales.

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