Esto es lo que no se dijo sobre el estudio de PROFECO en contra de la leche vegetal

Hace unos días, diversos medios de comunicación informaron sobre un nuevo estudio de calidad llevado a cabo por la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), el cual analizó diversas marcas de leches vegetales. Sin embargo, la forma en la que los resultados fueron presentados fue engañosa, pues PROFECO declaró que las leches vegetales “aportan menos nutrientes que la leche de vaca y son más costosos”, y pidió a los consumidores que consideraran esto antes de comprarlas, pero hay varios puntos importantes que no contemplaron.

Es evidente que la gente que opta por la leche a base de plantas no consumirá los mismos componentes encontrados en la leche de vaca, ¡afortunadamente! La leche de vaca es desagradable, legalmente está permitido que todas las leches provenientes de animales contengan un porcentaje de pus; los productos lácteos estadounidenses registran la mayor concentración de “células somáticas” (pus) en el mundo, hasta un millón de células por cucharadita de leche. Además, la leche de vaca contiene rastros de sangre, hormonas y antibióticos que afectan a quienes la consumen.

Es lógico que la leches vegetales tienen menos proteína que la de vaca, pero en realidad ¿qué importa la cantidad de proteína que tenga? Al final, son más los daños ocasionados por consumirla. Muchas investigaciones han demostrado una fuerte relación entre el consumo de leche de vaca y diversas enfermedades, así como un riesgo de mortalidad más elevado.

Contrario a la creencia popular, las poblaciones que consumen más leche de vaca y otros productos lácteos tienen algunas de las tasas más altas de osteoporosis y fracturas de cadera, y las mujeres que consumen grandes cantidades de carne y lácteos aumentan su riesgo de padecer cáncer en un 33%. Además, más de 20 estudios han asociado el consumo de estos productos con el cáncer de próstata y otros estudios lo han relacionado con problemas de acné.

Por si fuera poco, la producción de leche de vaca contamina tres veces más que las alternativas vegetales. El estudio de la Universidad de Oxford que lo asevera determinó también que ese proceso requiere diez veces la cantidad de tierra que la usada para producir leches vegetales. Además, estas últimas no usan las cantidades exorbitantes de agua que usa la industria pecuaria, para producir un solo litro de leche se utilizan más de mil litros de agua.

La leche vegetal cada vez es más popular, mientras que el consumo de leche de vaca va en picada, y obviamente la industria pecuaria está preocupada, pero aunque intenten tácticas para desprestigiar los productos a base de plantas y mantenerse como líderes en el mercado, ya no hay vuelta atrás. Cada vez son más las personas que escogen alimentos responsables con el ambiente, y a medida que siga aumentando la demanda por estos productos, se irán volviendo cada vez más accesibles. La realidad es que si la gente pagara el precio real de los productos derivados de la explotación animal, muy pocas personas podrían costearlos, es por esto que el gobierno subsidia la carne, los lácteos y los huevos.

La desventaja sobre la que PROFECO tampoco advirtió en su reporte es la terrible crueldad que sufren miles de millones de vacas alrededor del mundo a manos de la industria láctea. Las vacas, como el resto de los mamíferos, solo producen leche para amamantar a sus crías, así que aquellas explotadas por la industria de los lácteos son inseminadas a la fuerza, y horas después de dar a luz a sus crías se las arrebatan, lo cual les causa un profundo dolor emocional. Los bebés serán asesinados por su carne si son machos o explotadas por su leche si son hembras, quienes al final, también matan cuando su capacidad reproductiva disminuye.

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